Hacer deporte: la actividad física regular es clave para mantener un sistema nervioso saludable. Ejercitarse aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, lo que facilita la entrega de oxígeno y nutrientes esenciales para su funcionamiento.
Llevar una buena alimentación: consumir alimentos ricos en antioxidantes, omega-3 y vitaminas B son especialmente importantes. Los antioxidantes combaten el daño de los radicales libres, mientras que los ácidos grasos omega-3, presentes en el pescado y las nueces, apoyan la función neuronal. Las vitaminas del complejo B son fundamentales para mantener la salud de las neuronas y la producción de neurotransmisores.
Descansar adecuadamente: el sueño cumple funciones críticas en la salud neuronal, incluyendo la consolidación de la memoria y la eliminación de toxinas acumuladas en el cerebro durante el día. Un descanso inadecuado puede aumentar el riesgo de trastornos neuronales y afectar negativamente la cognición y el estado de ánimo.
Estimular el sistema nervioso: además del ejercicio físico, actividades que desafíen al cerebro pueden ser muy beneficiosas. Leer, aprender un nuevo idioma o jugar juegos de estrategia pueden fortalecer las conexiones neuronales y promover la neuroplasticidad para mantener la mente ágil y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
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